Cómo ser más creativos: los cinco pasos del método Cleese

La creatividad muchas veces es vista como una virtud innata. Sin embargo, el fundador de Monty Python, John Cleese, desarrolló una técnica para entrar en un estado de creatividad y así, explorar ideas y encontrar soluciones.

“Hablar sobre creatividad es fácil. Lo difícil es ser creativo”. Es una frase icónica de John Cleese —actor, comediante y fundador de Monty Python— para referirse a un desafío presente en cualquier oficio: la creatividad. Usualmente se apunta a esta capacidad como un talento innato o una inspiración espontánea que solo beneficia a algunos. Sin embargo, para el británico, autor del libro Creativity: A Short and Cheerful Guide, no es así. De hecho, su planteamiento es que la creatividad no es una cuestión de talento ni tampoco de inteligencia, sino una forma de proceder.

No es una postura antojadiza. A lo largo de su carrera, el comediante inglés ha observado con dedicación cómo las personas creativas, incluido él, producen su trabajo y se ha acercado a investigaciones del psicólogo estadounidense Donald W. MacKinnon —que datan de la década de los 70— que reafirman sus intuiciones: los más creativos habían adquirido una facilidad para ponerse en un estado particular de creatividad. Pero esa capacidad no fue espontánea, sino que responde a una serie de tareas que los llevaron a ese estado.

Esta facilidad, aseguraba Cleese en una conferencia en 1991, es una habilidad para “jugar”, pues aquellos “más creativos” tenían la capacidad de jugar con ideas y explorarlas. Muchas veces sin siquiera tener un propósito inmediato.

A partir de eso, explica que existen dos modos: el abierto y el cerrado. El primero es un espacio relajado, predispuesto al humor, contemplativo y “más juguetón”. Es decir, un modo en donde la curiosidad impera y no hay presión de por medio, pues “de eso se trata jugar”. En el cerrado, en cambio, la creatividad no es posible, pues es el estado en que estamos casi todo el tiempo, donde hay tensión, ansiedad y poco espacio para el humor.

Eso sí, Cleese plantea que para ser eficientes es necesario ir cambiando entre los dos modos y no cerrarse en uno. Pues en el abierto es donde se desarrollan las ideas y soluciones, y en el cerrado es donde se aplican.

¿Cómo llegar a ese modo abierto? John Cleese estableció cinco pasos necesarios para alcanzarlo.

1) Espacio

El primer punto es situarse en un espacio adecuado para alejarse del ruido y las distracciones. Aunque Cleese no señala requisitos especiales para este espacio, sí subraya que debe estar separado de las obligaciones diarias y asegurarse de que no haya interrupciones de ningún tipo. Es decir, nada de responder mensajes, ni redes sociales, ni salir a prepararse un café o recibir un pedido.

2) Tiempo

Encontrando un espacio idóneo, el siguiente es establecer un límite fijo de tiempo, con una hora de inicio y una de término marcada previamente. Este período no puede ser corto. ¿La razón? “No tiene sentido organizar un oasis de 30 minutos”, explica el actor, pues en ese lapso es normal ponerse a divagar o pensar en obligaciones, por lo que es difícil que allí surjan las ideas. Cleese sugiere un período de una hora y media y no repetirlo más de dos o tres veces por semana.

3) Más tiempo

John Cleese no solo se refiere a que se necesite más tiempo, sino a que se ocupe todo el tiempo disponible. En base a los estudios de MacKinnon, explica que los profesionales “más creativos” siempre juegan con el problema durante el mayor tiempo posible antes de intentar resolverlo. Es decir, no se quedan con la primera respuesta que le da solución a su problema con tal de librarse de la agitación interna y la tensión, si no que aprenden a tolerar ese malestar de no tener soluciones y dedican más tiempo de reflexión. Así, se encuentran con respuestas más creativas y originales.


💌 Un boletín para mentes fanáticas y entusiastas del marketing de contenidos

¿Quieres recibir recursos, tendencias e ideas sobre marketing de contenidos para aplicar en tu trabajo? Suscríbete para recibir el boletín quincenal del Lab.


4) Confianza en uno mismo

Dentro de este espacio creativo el objetivo es jugar con ideas. Eso implica explorar, experimentar y estar abierto a cualquier cosa que pueda ocurrir. Es la esencia. Por lo mismo, se debe estar dispuesto a arriesgarse a decir cosas ilógicas, incorrectas y “tontas”, pues en este proceso creativo nada está mal; no existen los errores. ¿Qué puede parar la creatividad? El miedo de cometer un error. “Esa idea absurda puede servir como apoyo para otra idea que es correcta”, señaló Cleese.

5) Humor

John Cleese no sugiere este punto al azar. El comediante afirma que el humor es lo que lleva desde el modo cerrado al abierto de la manera más rápida, porque la risa trae relajación. No solo eso, el humor es esencial para desarrollar la espontaneidad y la creatividad, lo que puede ser útil incluso para resolver problemas serios.

¿Todo este proceso puede hacerse de dos o más personas? Por supuesto. Cleese, de hecho, lo recomienda para hacer más fácil el proceso creativo, pero pone énfasis en que se debe estar seguro de estar con las personas indicadas y en las que se confía.

Artículos relacionados